A dos meses de su muerte, las investigaciones siguen estancadas y las autoridades no han dado con los responsables, advirtió Presidente de la FEU
La Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) colocó una mochila blanca en memoria del joven Francisco Álvarez Quezada –conocido como “Panchito”–, estudiante de la Preparatoria de Tonalá de la Universidad de Guadalajara, en el lugar donde fue asesinado hace dos meses.
El Presidente de la FEU, Jesús Arturo Medina Varela, acompañado de alumnos de la Preparatoria 12, dejaron la mochila blanca en un poste de una pequeña plazoleta, justo frente al punto donde fue asesinado, en la calle Río Suchiate, entre avenida Salvador López Chávez y Río Madeira, en la colonia Quinta Velarde de Guadalajara.
“A dos meses de que murió ‘Panchito’, no vemos resultados de las investigaciones. Incluso, en este mes nos mataron a otro compañero, prácticamente afuera de su casa y quisieron echarle la culpa, diciendo que fue una riña. Pero fue un robo y homicidio. Y colgamos una primera mochila blanca en memoria de él en Santa Anita y ahora venimos a hacer lo mismo”.
Dijo que Francisco perdió la vida por la violencia que hay en las calles, por la inseguridad.
“Eso no lo vamos a permitir. Los estudiantes no aceptamos la violencia como algo normal”, denunció Medina Varela.
Agregó que más de 400 estudiantes han sufrido violencia este año, y por ello la FEU quiere visibilizar este fenómeno. “Panchito” era un joven ejemplar involucrado en actividades científicas de su plantel.
“Esta mochila simboliza nuestras esperanzas. En la mochila cargamos nuestros útiles y con ella nos venimos a preparar. Pero él ya no lo puede hacer. Por eso pedimos justicia para él y seguridad para nosotros, los estudiantes”, apuntó.
Se guardó un minuto de silencio mientras jóvenes de la FEU colgaban la mochila en el poste de la plazoleta y luego, estudiantes y vecinos acabaron el acto con aplausos.
Medina Varela lamentó que el entorno del Tecnológico siga siendo la zona más preocupante en cuanto a robos e incidentes violentos, pero también las preparatorias en las periferias son un punto rojo.